¿Cómo definir aquéllas personas que no cumplen con el estereotipo social?, y no me refiero solamente a lo físico, me refiero a cualquier área del ser.
¿Le tememos a lo no nombrado? pareciera que sí, caminamos por esta vida catalogando todo cuanto hallamos, atando la libertad, explicitando lo abstracto, nombrando lo innombrable, delimitando lo infinito.
Quiero que retengas en tu mente la pregunta inicial, ¿Cómo catalogar la esencia?, ¿Qué ves en unos ojos?, ¿Qué buscas en una persona?, quiero decir, es fácil agrupar colores, formas, estilos, tamaños, pero ¿Cómo agrupas las almas?, ¿Cómo defines la esencia de alguien?, es un intento vano, es querer atar el mundo desconocido con el mundo teórico, es forzarnos a tener el control sobre algo que en su estado natural es etéreo.
Si no cumples con el estereotipo físico serías teóricamente lo que se denomina feo, si no cumples con el estereotipo político serías teóricamente lo que se denomina rebelde, si no cumples con el estereotipo mental serías teóricamente lo que se denomina demente, si no cumples con el estereotipo social serías lo que teóricamente se denomina asocial, si no cumples con el estereotipo académico serías teóricamente lo que se denomina tonto.
No quiero entrar en polémicas sobre el orden social y los paradigmas que ha inyectado nuestro sistema político - económico, y no quiero hacerlo porque no estoy hablando de orden sino de caos, porque estoy haciendo referencia a la naturalidad y no a lo artificial.
El apego a lo conocible ha sido uno de los principales adjetivos de la humanidad en toda su existencia, de ahí la carrera por la felicidad, por el ideal, por el sueño, por lo inalcanzable, por lo efímero, por lo vano, por lo falso, de ahí el afán por llenar de arena las manos e intentar retenerla cuánto sea posible.
Ahora pregúntese ¿cómo se define usted? ¿cabría su ser en las categorías bonito - feo, listo - tonto, rebelde - obediente, demente - cuerdo, asocial - social?. No se afane en desatarse sólo porque ha sido catalogado en los bajos escalones de una jerarquía, afánese en desatarse por la conciencia que posee de su propio ser, por entender que aún la cúspide de la pirámide es coercitiva con respecto a su capacidad, afánese por la conciencia que tiene de que es imposible encerrar un alma, definir un pensamiento, expresar un sentimiento, todo cuánto hemos creado obedece a ese mundo conocible, y todo cuanto somos es esencialmente libre.
Miserables quienes con su espíritu anestesiado se retuercen en los escalones de una pirámide imaginaria buscando llegar más alto, miserables quienes han coartado su alma, miserables quienes consideran su cuerpo como el límite del ser, miserables quienes no aman lo sublime, miserables quienes buscan orden en medio del caos, miserables y desdichados aquellos que mueren buscando el ideal que les fue entregado en sus pechos al nacer.
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