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Epístola ideal

Déjame divagar un poco, déjame ser un poco más valiente en sueños, déjame especular y deshacerme de aunque sea un poquito de incertidumbre, no pido más.

¿qué pasaría si descubres que me basto en tu sonrisa para justificar mis días?, ¿qué pasaría si descubres que me he perdido inevitablemente una y otra vez en tu mirada?, ¿tan buena actriz soy?, creo que soy más fuerte de lo que pensaba, tal vez me ha servido la oratoria para ocultar los nervios en tu presencia, para sostenerte la mirada sin que se me escape una sonrisa, para fingir que me alegra el que alguien más te haga sonreír.

No has tenido la culpa de ocasionar este estrago en mi, tampoco la he tenido yo, ¿qué culpa podemos tener de coincidir en el camino?, ¿qué culpa puedes tener de ser un alma libre?, ¿qué  culpa puedes tener de envolverme enterita, todita sin querer?. Sos el misterio hecho hombre y yo la curiosidad hecha mujer.

¡Y es inútil!, mis Lunes se llaman Alegría, mis Lunes son bellos, y lo son porque  en algún momento voy a encontrarte sin necesidad de buscarte, me sonreirás y me invitarás a un café, y allí bajo el mismo árbol, revolviendo el mismo café, en frente del mismo paisaje, voy a escucharte... voy a escucharte y a perderme en tus historias, voy a descansar en tu mirada, voy a hacer un alto en mi agitada agenda para amar la vida, para sonreír, para disfrutar de lo sublime, para mirarte atentamente, para sentirme niña, para olvidar el ruido, para perder la noción del tiempo hasta que tú, aún consciente de él, me digas que es tiempo de irnos

Me encantaría que tus abrazos tuvieran otro sabor, que tu corazón se acelerara al mismo ritmo del mío cuando te veo, que ese beso de bienvenida se diera en medio de un par de rostros enrojecidos, que tu sonrisa se explicara con mi nombre, me encantaría que mis visitas fueran tu inspiración, y que tu definición de amor fuera adquiriendo con el tiempo la forma de mi alma, que nuestras manos se entrelazaran por puro gusto, me encantaría que fueses tú quién me haga construir una nueva imagen de amor, que me mostraras que si es posible un amor más allá del tiempo, que si existen las almas gemelas y los finales felices.

Para ti mi amigo un poema y mil sonrisas, contigo un café, contigo la vida.

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Juramento

Te juro que renacerá un nosotros, no del polvo ni de las cenizas, renacerá de la nada. Te juro que renacerá un nosotros, tal vez no hoy, ni mañana. En el kyros renacerá. Te juro que volverás a la utopía y el delirio regresará a ti, te lo juro por la fuerza de nuestros latidos. Te juro que aún restan lunares por conquistar y miedos por derrotar. Te lo aseguro sin temor a equivocarme que tanto tú como yo no hemos logrado perdonar esta deuda de amor.  Te juro por el sueño que me desvela que moriría por llenar hasta tu último rincón.  ¿Y tú? ¿Qué me juras?

Más grande que otros infinitos

¿De qué te sirvieron tantas noches tras los libros? ¿De qué te sirvieron las montañas de ejercicios?¿Qué falló en la ecuación? Te creí capaz de solucionar cualquier problema que involucrara números... no, no eres tan bueno.  Te daré un chance más, es sencillo, vamos, inténtalo una vez más. Dime cuántos días restan hasta que pueda no recordarte al menos por 24 horas. Dime cuánto tardará cada beso en desdibujarse de mi piel. Dime cuánto tardará mi muñeca en lograr enlazarse a otra. Dime qué tanto debo sonreír mientras me preguntan por ti para lograr que el "no me importa" por fin sea real. Dime a qué distancia debo estar para poder olvidar. ¿Cuántas lágrimas debo derramar para que dejes de doler? Ayúdame a calcular las dimensiones de tu ausencia, me niego a creer que simplemente es un gran infinito, dime que solo es uno pequeño, uno que al menos pueda intentar cubrir  con un amor medio grande. Dime que tu ausencia no es tan extensa como tu amor, dime que es más...

Déjalo ir

Rasga tus vestiduras , golpea el suelo, lanza las almohadas contra las paredes, siente como se calienta tu sangre, como se acelera tu corazón y de repente se ralentiza.  Sírvete una copa, escucha la canción de la primera cita, grita, estalla, desgarra tu alma, hala tu cabello, llora hasta flaquear, derrama hasta la última gota de fuerza, enfurece, empuña tus manos, golpea el aire, rompe fotos, pulveriza cartas, inhala, exhala, déjalo ir. Escucha el latir de tu corazón, calla tu mente, aprieta los párpados tan fuerte como puedas, siente el dolor, siéntelo... soporta un poco más, tu rostro pide a gritos descanso. Déjalo ir. Abre los ojos, ¿arden un poco, verdad? Intenta cerrarlos de nuevo delicadamente para aliviar un poco la incomodidad que provoca la luz, ¿qué son esos destellos? Poco a poco se desvanecen las manchas de oscuridad. Mírate al espejo, sonríete. Es cierto, uno se cura, uno se cura por mero instinto de supervivencia. Uno se cura porque se cansa, se cansa de...