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Epístola interna

En un fugaz parpadeo todo cambia, de repente la vida te sorprende, sucede lo que jamás imaginaste, descubres que aunque no advertiste la venida de nada tienes que afrontar un algo... o muchos, no hay manera de huir de la situación; hay batallas en las que puedes elegir entre pelear o abandonar, en cambio hay otras de las que no puedes escapar, hay situaciones que por mucho que te rehúses a enfrentarlas, son asunto tuyo y ser indiferente no es una opción, ahí están, rondándote, atormentándote,  no tienes el control sobre ellas, y lo que es peor... tampoco lo tienes sobre ti.

Imagino mi vida perfecta, imagino mi yo soñada, divago por horas y pienso cómo sería tener todo cuánto deseo... es una pesadilla.
No quiero ser mi yo soñada, quiero esta vida, quiero esta lucha, quiero estas sorpresas, quiero estas pruebas, esta incomodidad, esta incertidumbre, quiero la búsqueda, quiero el esfuerzo, la ilusión y la desilusión, el amor y el desamor, la esperanza y el temor, la alegría y el llanto, quiero nunca bajarme de esta montaña rusa, quiero saberme viva aunque eso implique dolor, quiero aprender cada día aunque sea con lágrimas que se apruebe la lección, quiero mi yo imperfecta, vulnerable, terca, irreverente y soñadora, quiero mi yo real porque está llena de vida, quiero mi yo real porque está llena de sabores y olores, porque sus matices enamoran, porque es indescifrable y sorprendente. Quiero mi yo importuna, imprudente e impuntual, quiero mi yo tímida y llorona, la que le teme a lo desconocido, pero al mismo tiempo no puede contener la curiosidad; quiero mi lucha constante, mi eterno desacuerdo entre cojones y corazón. Quiero un camino duro y difícil, para conquistarlo y conquistarme, para descubrirlo y redescubrirme.

 ¿Sabes que deseo?, deseo verme más grande y hermosa cada vez que mire hacia atrás, quiero un corazón ensanchado, flexible, dócil pero fuerte, lo quiero con una humildad y sensibilidad especiales, esas que dejan las grandes pruebas cuando se marchan, lo quiero noble.

Dicho todo esto, sean bienvenidas las sorpresas, los golpes, las puñaladas y las luchas que acorralan.
Bienvenidas porque sin ellas no es posible mi libertad, porque sin ellas no tendré algo sobre lo cual pararme a divisar nuevas tierras... bienvenidas, y gracias, gracias por hacerme más y menos humana, más consciente pero más trascendente, por ensanchar mis alas, por arrojarme del nido, por ponerme en frente los más grandes gigantes, por llevarme al extremo, por hacerme saber que en este corazón no hay límite alguno.

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Juramento

Te juro que renacerá un nosotros, no del polvo ni de las cenizas, renacerá de la nada. Te juro que renacerá un nosotros, tal vez no hoy, ni mañana. En el kyros renacerá. Te juro que volverás a la utopía y el delirio regresará a ti, te lo juro por la fuerza de nuestros latidos. Te juro que aún restan lunares por conquistar y miedos por derrotar. Te lo aseguro sin temor a equivocarme que tanto tú como yo no hemos logrado perdonar esta deuda de amor.  Te juro por el sueño que me desvela que moriría por llenar hasta tu último rincón.  ¿Y tú? ¿Qué me juras?

Más grande que otros infinitos

¿De qué te sirvieron tantas noches tras los libros? ¿De qué te sirvieron las montañas de ejercicios?¿Qué falló en la ecuación? Te creí capaz de solucionar cualquier problema que involucrara números... no, no eres tan bueno.  Te daré un chance más, es sencillo, vamos, inténtalo una vez más. Dime cuántos días restan hasta que pueda no recordarte al menos por 24 horas. Dime cuánto tardará cada beso en desdibujarse de mi piel. Dime cuánto tardará mi muñeca en lograr enlazarse a otra. Dime qué tanto debo sonreír mientras me preguntan por ti para lograr que el "no me importa" por fin sea real. Dime a qué distancia debo estar para poder olvidar. ¿Cuántas lágrimas debo derramar para que dejes de doler? Ayúdame a calcular las dimensiones de tu ausencia, me niego a creer que simplemente es un gran infinito, dime que solo es uno pequeño, uno que al menos pueda intentar cubrir  con un amor medio grande. Dime que tu ausencia no es tan extensa como tu amor, dime que es más...

Déjalo ir

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