Ir al contenido principal

Desvanécete

Noche eterna como ninguna otra, más negra que el camino hacia la muerte, tormentosa y callada.
Se mueve sigilosamente el reloj, los segundos parecen disfrutar de mi insomnio, destilan espesos rodando nuca abajo. Sirvo una copa más, después de cada trago el tiempo se burla más intensamente, en tan solo una hora he revivido la vida que me has quitado, en un solo segundo siento tus mil y una caricias en mi piel, cada palabra se repite en mi mente, después de añadir otra copa  son audibles, ahí estás, recreado en alma, real y ausente. 

¡Desvanécete de una buena vez! No he de pecar al decirte que anhelo despedazarte, triturarte, convertirte en polvo y después de un último beso dejar que mi aliento te conduzca al infinito.

Agotada estoy de tu amor de noches. La bandera liberal es la más patética de mis fachadas. Mi corazón se desvive por el amor matutino, sincero y constante, por los mimos del día a día y las tontas excusas que logran ponerte cada que quieras en frente de tu alma gemela; envidio el amor que burla razones y viola protocolos, los que se consumen en una noche y a la madrugada siguiente renacen de las cenizas. 

¡Desvanécete de una vez por todas! No he de malgastar un segundo más buscando la oportunidad correcta para convertirme en el pretexto de tu vida, no he de pensarte constante o a ratos, no he de venderte a mis sueños... ¡Desvanécete aunque agonice! ¡Desvanécete por favor!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Juramento

Te juro que renacerá un nosotros, no del polvo ni de las cenizas, renacerá de la nada. Te juro que renacerá un nosotros, tal vez no hoy, ni mañana. En el kyros renacerá. Te juro que volverás a la utopía y el delirio regresará a ti, te lo juro por la fuerza de nuestros latidos. Te juro que aún restan lunares por conquistar y miedos por derrotar. Te lo aseguro sin temor a equivocarme que tanto tú como yo no hemos logrado perdonar esta deuda de amor.  Te juro por el sueño que me desvela que moriría por llenar hasta tu último rincón.  ¿Y tú? ¿Qué me juras?

Más grande que otros infinitos

¿De qué te sirvieron tantas noches tras los libros? ¿De qué te sirvieron las montañas de ejercicios?¿Qué falló en la ecuación? Te creí capaz de solucionar cualquier problema que involucrara números... no, no eres tan bueno.  Te daré un chance más, es sencillo, vamos, inténtalo una vez más. Dime cuántos días restan hasta que pueda no recordarte al menos por 24 horas. Dime cuánto tardará cada beso en desdibujarse de mi piel. Dime cuánto tardará mi muñeca en lograr enlazarse a otra. Dime qué tanto debo sonreír mientras me preguntan por ti para lograr que el "no me importa" por fin sea real. Dime a qué distancia debo estar para poder olvidar. ¿Cuántas lágrimas debo derramar para que dejes de doler? Ayúdame a calcular las dimensiones de tu ausencia, me niego a creer que simplemente es un gran infinito, dime que solo es uno pequeño, uno que al menos pueda intentar cubrir  con un amor medio grande. Dime que tu ausencia no es tan extensa como tu amor, dime que es más...

Déjalo ir

Rasga tus vestiduras , golpea el suelo, lanza las almohadas contra las paredes, siente como se calienta tu sangre, como se acelera tu corazón y de repente se ralentiza.  Sírvete una copa, escucha la canción de la primera cita, grita, estalla, desgarra tu alma, hala tu cabello, llora hasta flaquear, derrama hasta la última gota de fuerza, enfurece, empuña tus manos, golpea el aire, rompe fotos, pulveriza cartas, inhala, exhala, déjalo ir. Escucha el latir de tu corazón, calla tu mente, aprieta los párpados tan fuerte como puedas, siente el dolor, siéntelo... soporta un poco más, tu rostro pide a gritos descanso. Déjalo ir. Abre los ojos, ¿arden un poco, verdad? Intenta cerrarlos de nuevo delicadamente para aliviar un poco la incomodidad que provoca la luz, ¿qué son esos destellos? Poco a poco se desvanecen las manchas de oscuridad. Mírate al espejo, sonríete. Es cierto, uno se cura, uno se cura por mero instinto de supervivencia. Uno se cura porque se cansa, se cansa de...