Píntame de rosa que yo te pintaré de azul. No, no es cliché,
despedazaste mi cuento de hadas y cambiaste mi final feliz por uno incierto,
nubado, aventurero. Te quiero, es cierto, pero no podrás borrarme la utopía, no
podría apartarme de ella; vamos, píntame de rosa que yo te pintaré de azul,
iniciemos en mis reglas que ya el camino se encargará de transformar nuestra
piel, nuestras almas y nuestros sueños, iniciemos en rosa y azul, son solo dos
colores y no tienen que ver con esquemas occidentales infantiles, podrían solo
ser blanco y negro, amarillo y rojo. Tú y yo, un tono cada uno al dar el primer
paso, ya el camino teñirá de barro nuestros pies, la brisa despeinará y opacará
nuestros cabellos, ¿qué tal un poco de arena blanca de la Habana?, el mar nos
desteñirá hasta el cuello, quiero el verde de la selva amazónica en nuestros
ojos, el cielo estrellado del desierto en nuestro rostro; vamos mi cielo, píntame de rosa, tiñe hasta
el último rincón de mi cuerpo, quiero ver como nuestro camino desdibuja mis
esquemas, quiero ver como el mundo nos pinta de infinito, quiero ver como se
nos inunda el alma, quiero que nos difuminemos en cada abrazo, pero píntame de
rosa, píntame de rosa y vivamos al revés, comencemos con mi añorado final feliz
y terminemos amoldados de experiencias y amor, destruyámonos en el trayecto, rompámonos
hasta los miedos, lograste fundir mis dudas, ahora deja que el tiempo funda lo
poco que me queda, déjame pintarte de azul.

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