Ir al contenido principal

48 horas.


Buenos días mi amor

Aprovecho la magnífica madrugada de hoy para volcar mis sentimientos en el papel, aprovecho la coqueta aurora para retar los parámetros y revelar mi modus operandi. ¿Acaso no es la doncella la que debe tener un despertar de cuento con versos y rosas?, hoy se  me antoja endulzar la mañana de mi prometido y a la vez usarlo como excusa para darle un final feliz a una noche de insomnio, amor, ansiedad y locura.

48 horas empiezan a desgastarse, 48 horas empiezan a danzar y a destilar, 48 horas restan para ante un público selecto hacer oficial lo que ya hemos tatuado en nuestras almas hace un buen tiempo; te mentiría si te digo que mi corazón salta sólo de amor y de alegría, ansiedad y angustia han hecho una larga fila también. 

Pensar en nuestro pasado es recordar un camino de pasos suaves y firmes, lentos pero constantes, es recordar la sensación dulce y excitante de un primer beso, es sentir de nuevo mis manos sudorosas y temblorosas por encontrar las tuyas, admirar la creatividad que fui capaz de desarrollar al inventar una excusa para quedarme a tu lado por un par de minutos más, es reconocer cuán fuerte puede llegar a ser mi corazón, capaz de ocultar sus propias heridas solo por brindar una sonrisa y mimar un rato al tuyo, es enamorarme una y otra vez de tu voz, es agradecer la inspiración.

¿Cambiará algo amor?, es esa la pregunta que han traído los nervios y la angustia;  intento dar respuesta a la pregunta y a la vez trato con todas fuerzas impedir que se incruste en mí, no me puedo asegurar que el camino que observo al volver la mirada será idéntico al que los años irán construyendo en frente, tampoco me puedo asegurar que todo mejorará o por el contrario que algunas cosas morirán paso a paso, dejándonos vacíos y ancianos, hastiados de recuerdos, de amargos versos.

Es un mar de emociones mi príncipe, y a todo esto sólo me debo decir que he de estar perdidamente enamorada para soportar con tanto coraje la avalancha de pensamientos y sensaciones, y a fin de cuentas lo único que determina el éxito o fracaso de esta locura es la anchura y altura del sentimiento compartido, de ese que nace en mí para ti y en vos por mí.

Si bien no puedo darme ni darte una descripción exacta de lo que de ahora en adelante veremos, puedo asegurarte pasos, tal vez a veces no tan suaves, tal vez a veces no lentos,  tal vez bruscos y apresurados por disgustos de momento,  pero si firmes y constantes, leales a quien un día me hizo levantar y aventurarme a nuevos caminos; puedo asegurarte besos, tal vez en un par de años no tan excitantes, pero siempre dulces, sazonados del más puro amor; puedo asegurarte manos siempre dispuestas a entrelazar las tuyas, ya no nerviosas, ya seguras, ya cómodas, acopladas la una a la otra; puedo asegurarte creatividad perseverante, sí, perseverante, espontánea y siempre dispuesta al rescate, creatividad para regalarte excusas, excusas para disfrutarme un par de minutos más; puedo asegurarte un grande y fuerte corazón, ese mismo que has ensanchado todos estos años, ese que ni el más terrible invierno podría regresar a su tamaño original; pero sobre todo mi amor, prometo enamorarme una y otra vez de tu voz, cada día, prometo enamorarme de tu magia y al mirar al cielo siempre agradecer por ti, mi inspiración.

 

Con amor y para siempre, tu prometida.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Juramento

Te juro que renacerá un nosotros, no del polvo ni de las cenizas, renacerá de la nada. Te juro que renacerá un nosotros, tal vez no hoy, ni mañana. En el kyros renacerá. Te juro que volverás a la utopía y el delirio regresará a ti, te lo juro por la fuerza de nuestros latidos. Te juro que aún restan lunares por conquistar y miedos por derrotar. Te lo aseguro sin temor a equivocarme que tanto tú como yo no hemos logrado perdonar esta deuda de amor.  Te juro por el sueño que me desvela que moriría por llenar hasta tu último rincón.  ¿Y tú? ¿Qué me juras?

Más grande que otros infinitos

¿De qué te sirvieron tantas noches tras los libros? ¿De qué te sirvieron las montañas de ejercicios?¿Qué falló en la ecuación? Te creí capaz de solucionar cualquier problema que involucrara números... no, no eres tan bueno.  Te daré un chance más, es sencillo, vamos, inténtalo una vez más. Dime cuántos días restan hasta que pueda no recordarte al menos por 24 horas. Dime cuánto tardará cada beso en desdibujarse de mi piel. Dime cuánto tardará mi muñeca en lograr enlazarse a otra. Dime qué tanto debo sonreír mientras me preguntan por ti para lograr que el "no me importa" por fin sea real. Dime a qué distancia debo estar para poder olvidar. ¿Cuántas lágrimas debo derramar para que dejes de doler? Ayúdame a calcular las dimensiones de tu ausencia, me niego a creer que simplemente es un gran infinito, dime que solo es uno pequeño, uno que al menos pueda intentar cubrir  con un amor medio grande. Dime que tu ausencia no es tan extensa como tu amor, dime que es más...

Déjalo ir

Rasga tus vestiduras , golpea el suelo, lanza las almohadas contra las paredes, siente como se calienta tu sangre, como se acelera tu corazón y de repente se ralentiza.  Sírvete una copa, escucha la canción de la primera cita, grita, estalla, desgarra tu alma, hala tu cabello, llora hasta flaquear, derrama hasta la última gota de fuerza, enfurece, empuña tus manos, golpea el aire, rompe fotos, pulveriza cartas, inhala, exhala, déjalo ir. Escucha el latir de tu corazón, calla tu mente, aprieta los párpados tan fuerte como puedas, siente el dolor, siéntelo... soporta un poco más, tu rostro pide a gritos descanso. Déjalo ir. Abre los ojos, ¿arden un poco, verdad? Intenta cerrarlos de nuevo delicadamente para aliviar un poco la incomodidad que provoca la luz, ¿qué son esos destellos? Poco a poco se desvanecen las manchas de oscuridad. Mírate al espejo, sonríete. Es cierto, uno se cura, uno se cura por mero instinto de supervivencia. Uno se cura porque se cansa, se cansa de...