Imposible. No es esa una palabra que le luzca a mis labios, no es esa una palabra que esté en armonía con el timbre de mi voz, pareciera enredarse un poco en mis dientes, sujetarse a mi lengua y no querer salir, pareciera sentirse incómoda en mi mente, encerrada, enjaulada en un lugar que no le pertenece, intentando hacer estragos en apenas unos centímetros de espacio en los que libertad no logra hallar, pero ahí está, ahí está en labios y mente, ahí la has dejado con sabor amargo, de traje oscuro y pesado llanto. ¿Qué lo desvela a usted? está claro que si preguntase por un quién estaría aceptando el gran estrago que ha hecho la molesta palabra dentro de mí, aún siento el control en mis manos, así que dispóngase a contarme en verso o en canto un poco de lo que a usted le roba el aliento, juro haber usado cada una de mis tácticas y después de un pequeño feedback haber desechado unas cuantas. Juro haber considerado todas las posibilidades y haberlo anali...